lunes, 22 de noviembre de 2010

Pasillos Sensoriales

Hoy hablaremos del desarrollo sensorial.

Al hablar de desarrollo sensorial en esta ocasión, y de desarrollo físico, cognitivo, social... en otras,
debemos tener en cuenta que los límites entre esos tipos de desarrollo no son exactos, ni excluyentes, y que las fronteras entre ellos se establecen únicamente de cara a facilitar el estudio.

Esto lo puedes ver claramente en los módulos de ciclo formativo; en el caso de desarrollo cognitivo y motor y de desarrollo socioafectivo, se ve simplemente en el título; en el caso de El Juego y su Metodología, de Expresión y Comunicación y de Autonomía Personal y Salud, es necesario entrar en sus contenidos para ver la relación existente.

En cualquier caso, lo que debe quedar claro es que, a pesar de la divisiones, el desarrollo del niño es uno, ya que éste es una persona, y que el educador debe buscar el desarrollo integral de todo él, aunque en ocasiones, como la de hoy, necesite centrarse en alguna de sus facetas.

El desarrollo sensorial tiene que ver con la captación de percepciones y sensaciones a través de los órganos de los sentidos, es la primera relación que mantenemos con el medio, y en este sentido se considera la base de desarrollos posteriores. Autores como Piaget, entre muchos otros, destacan que los dos primeros años de vida el niño se encuentra en lo que llaman periodo sensoriomotor.

El curso 2007-08 impartí en el IES Príncipe Felipe Metodología del Juego (entonces, el módulo se llamaba así, y tenía una duración de 6 horas semanales, mucho más adecuadas que las 3 actuales), y realizamos lo que llamamos pasillos sensoriales: sobre una base grande de poliespan las alumnas recrearon escenas de la vida cotidiana de los más pequeños: la casa, la ciudad, el parque, el campo, el parque... Utilizaron materiales de lo más variados: corcho, piedras, telas, lanas, barro, papeles de distintos tipos... algunas, incluso pusieron sonidos extras a los propios de estos materiales, por ejemplo el croar de una rana, el sonido del agua...

El objetivo, hacer fijarse a los niños en aspectos que potencien su desarrollo sensorial: colores, formas, texturas, sonidos, olores, temperaturas...

Los resultados, en mi opinión bastante buenos, los podéis ver en estas fotos.




Además de ser un medio para trabajar el desarrollo sensorial con los más pequeños, pueden servir como decoración de la escuela y como escenarios para contar historias, entre otras ideas.

En cuanto a la actividad de clase se dedicaron unas dos semanas, casi integras a la elaboración de los pasillos, gracias a la colaboración entre profesores, y se calificaron desde los módulos de Metodología del Juego y de Desarrollo Cognitivo.

La actividad fue altamente valorada por la alumnas, considerándolas
muchas de ellas, la mejor del curso.
La creatividad que ésta alumnas consiguieron desarrollar
y el buen trabajo en equipo, fue la tónica general.

Como complemento a la actividad, las alumnas prepararon una canción y un pequeño cuento que contaron apoyándose en los pasillos que habían elaborado, y realizaron estas actividades para niños de 3-6 años de un colegio cercano.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

¿De qué vamos a hablar?

Hablaremos de la escuela y la educación infantil, del Técnico Superior de Educación Infantil.
Nos centraremos en los módulos de Autonomía Personal y Salud, de El Juego y su Metodología y
de Expresión y Comunicación, en los que puede impartir docencia el Profesor de Servicios a la Comunidad

martes, 16 de noviembre de 2010

El cazo de Lorenzo y otras cosas...

Hablábamos en la entrada anterior de la escuela del 2018, y señalábamos que una de las características que ésta debería tener era la de ser integradora de culturas y discapacidades, buscando la igualdad pero siempre respetando la diferencia.

Y para conseguir este objetivo consideramos que es básica la formación del profesorado en general, pero también, mirando al futuro, la creación de una conciencia en los más pequeños; es necesario enseñarles, dicho de modo sencillo, que todos somos iguales, pero a la vez diferentes, y por supuesto, todos "igual de buenos".

La literatura infantil es el recurso idóneo para trabajar todo lo que tiene que ver con la creación de conciencia y el aprendizaje de valores; a los pequeños les atrae, les motiva y les hace el aprendizaje atractivo.

Existen muchos cuentos apropiados para trabajar el tema de la diferencia desde el respeto. Nos fijaremos en dos: El cazo Lorenzo y Por cuatro esquinitas de nada.


 El cazo de Lorenzo es una creación de Isabelle Carrier, adecuada para niños a partir de 6 años, y capaz de conmover y hacer pensar a los adultos. En ella, a través de un texto sencillo y de ilustraciones simples, la autora muestra la vida de un niño con discapacidad, las dificultades que encuentra en su día a día, sus cualidades, sus maneras de superar los obstáculos...


Lo vemos...






Por cuatro esquinitas de nada, escrito e ilustrado por Jerome Ruillier, muestra el valor de la amistad a los más pequeños por encima de las diferencias que puedan existir entre ellos. También adecuado a partir de 6 años, pero con características para gustar a todos los públicos.

Aquí lo teneis...

lunes, 15 de noviembre de 2010

La escuela del 2018...

Contestar cualquier pregunta siempre debería llevar implicito algo de reflexión.
La reflexión y la escuela deben ir unidas; la escuela no es algo fácil, la reflexión, tampoco.

La escuela del 2018 debería ser pública y gratuita para todos, y para todos los niveles, también en los primeros años de vida de los pequeños, también la educación infantil.

La escuela del 2018 debería contar con profesionales formados e interesados en ella, con conciencia de educadores y no sólo de enseñantes.

La escuela del 2018 debería ser atractiva y motivadora para los alumnos, niños del presente, adultos del futuro...

La escuela del 2018 debería ser integradora de culturas, de discapacidades...  siempre desde el respeto a lo diferente.

La escuela del 2018 debería estar dotada de medios técnicos y materiales, que facilitaran los puntos anteriores...

En fín, recuerdo cuando yo era niña, que pensaba que en el año 2000 ibamos a ir vestidos como astronautas,
ibamos a tomar pastillas que tragaríamos con agua, en vez de comer pescado y verduras,  que los deberes nos los haría una máquina, para así poder jugar todo el día,
y que para ir a ver a mis abuelos, me metería en una especie de ascensor, pulsaría un botón y ya estaría con ellos.

Llegó el año 2000, y todo seguió igual...

Espero que con la escuela del 2018, no pase lo mismo...